A pocas cuadras del centro de la ciudad se emplaza el convento de las Monjas de Clausura, quienes dedican su vida a la oración y viven del trabajo de sus manos.
En este recorrido se puede conocer el trabajo que realizan las monjas, como grabado en cuero, imágenes en yeso, tallas en cristal y producción de alfajores artesanales, disfrutando de una vista privilegiada de la villa serrana.