La Revolución Industrial, surgida en la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra, no se habría dado si no fuera por la máquina de vapor. Este invento cambió la forma de ver el mundo, pues la velocidad industrial dejo atrás a todo lo que la naturaleza podía ofrecer. La Revolución Industrial significa el mayor cambio económico, tecnológico y social desde el periodo neolítico.
ALTA GRACIA era todavía a fines del siglo XIX un establecimiento rural, en 1868 había testado José Manuel Solares su última voluntad de dividir la Estancia de Alta Gracia en parcelas para la conformación de una Villa y donaba gran parte de sus tierras a los “pobres de notoria honradez” que lo habían servido en vida.
El 25 de julio de 1891, el Ferrocarril Central Argentino llega con su tendido de vías hasta las primeras estribaciones de las sierras cercanas a la Villa de Alta Gracia donde se abrió la cantera de balasto, el mineral que molido servía para balastar los durmientes del tendido férreo.
Durante los primeros años, la formación trasladaba personas, y a partir del 1900 comenzó a utilizarse para el traslado de ganado, principalmente mular, ovino, bovino, caprino y caballar, además de aves de granja, para la compra y venta, y el Jefe de la Estación cotizaba los precios de cada animal en la misma estación. Había varios bretes, para la carga y descarga de animales.
Años más tarde, con la creación de las “Canteras del Cerro” en 1909, comenzaron a llegar los trenes de carga para el traslado de piedras y cal. Fue una fuente de trabajo para 200 familias, muchos inmigrantes yugoeslavos, que consolidaron el Bª de Villa Oviedo, construyéndose en la década del 20, edificio policial y el Club Banfield en las esquinas de Cervantes y Santa María.
En el lugar se extraía la piedra balasto que se cargaba a mano en vagonetas y tiradas por locomotora de vapor hasta la estación, donde se encontraba con la formación que transportaría este material hacia el resto del país.
La construcción de los hornos de cal comenzó en 1890. Se destacan los ladrillos a la vista y las vigas de hierro fundido, los túneles abovedados y las construcciones aledañas, entre ellas vivienda obrera y depósitos de estilo arquitectónico inglés, que testimonian el pleno auge del modelo agro exportador en la Argentina, en el que los barcos venían de Europa a buscar trigo y carne, pero como no podían flotar vacíos, aprovechaban para traer como lastre materiales de construcción, entre otras cosas. La piedra caliza luego de ser extraída de las canteras era trasladada al horno y luego de ser quemada se la transportaba mediante carros. El proceso de fabricación de la cal se iniciaba en las bocas de carga de la piedra caliza, en la parte alta de los hornos, las zonas de precalentamiento, de fuego o calcinación, el hogar para la leña grande, los ceniceros, los depósitos de cal, y la zona de extracción por el túnel a través de los rieles de acero. La cercanía de la gran cantera de aprovisionamiento del Ferrocarril Central Argentino llevó el sistema de transporte hacia la zona de los hornos en el año 1911, permitiendo la salida de grandes volúmenes de cal, mica y berilio hacia todo el país desde el mismo lugar de su producción.
El lugar constituye un importante capítulo de la historia de Alta Gracia. Los últimos en trabajar en este lugar fueron de la empresa de Pinturas Cremar, que lo aprovecharon hasta finales de los años 80 del siglo veinte. Un número alto de productores mineros de Córdoba han desertado de esta actividad, debido a que sus explotaciones carecían de la rentabilidad mínima que les permitiera continuar, por las razones conocidas: inadecuada estructura empresarial, altos costos de producción, obsolescencia de equipos y maquinarias, baja tecnificación, alto costo laboral por exceso de personal, etc. Hoy se trata de invitar a los visitantes del lugar a un paseo que describe todo el proceso de producción, desde la descarga de la leña hasta el producto final que se comercializaba en todo el país.
Mediante la ordenanza Nº 7146, del 16 de diciembre de 2004, los viejos hornos de cal de calle Catamarca y Cervantes de Villa Oviedo, fueron declarados de Interés Municipal debido a la historia que se guarda en ellos. Los considerandos de dicha Ordenanza expresan: “Resulta prioritario preservar un testimonio de lo que constituyó una parte importante en el desarrollo productivo de la ciudad en los finales del siglo XIX y gran parte del siglo XX”. Cabe señalar además, que una etapa importante del crecimiento de la ciudad, se dio en parte a la magnitud adquirida por la minería y sus actividades paralelas.
La MUNICIPALIDAD DE ALTA GRACIA realizó el relevamiento y fichaje patrimonial en 1998, a cargo de los arquitectos: Arq. María Elena DORFEO, Arq. Claudia ROSSET, Arq. Walter VILLARREAL
La última revisión fue realizada por la Arq. Estela BUPO en 2015 y 2018.